10 junio, 1922 – 22 junio 1969
Judy Garland creció en los escenarios. Fue una estrella infantil y una superestrella juvenil cuando, después de varios papeles secundarios, a los 16 años consiguiese el papel de Dorothy en la película El Mago de Oz (1939), en la que interpretó la canción Somewhere over the Rainbow, la mejor canción de la historia del cine según el American Film Institute. Aunque en principio, los productores de la Metro deseaban a la pequeña actriz Shirley Temple (la niñita de los rizos de oro) para encarnar el papel femenino, lo cierto es que en aquel momento ella tenía un contrato con la 20th Century Fox y fue imposible contar con su presencia.
Como nota apuntar que Judy Garland debía llevar una peluca rubia para su rol de Dorothy, pero finalmente, se desechó la idea. Por otro lado, para poder disimular el tamaño de su pecho, la joven usó un corsé especial y un vestido color azul, que contribuyó a la idea de que aparentera menos edad que la que realmente tenía.
(Y quizá otro día os hable de los fallos de racord en la película, esa es otra historia)
Pero no es todo oro lo que reluce: La joven era adicta a los estimulantes para actuar y a los tranquilizantes para dormir desde los doce años, sus comienzos en el mundo cinematográfico. A los 18 años tuvo que ser atendida por un psiquiatra. Y a los 28 intentó suicidarse. No fue el único intento.
Además, tuvo cuatro matrimonios fallidos, entre ellos el magnífico director de cine Vincente Minnelli, con el que tendría una hija, la también actriz y cantante Liza Minnelli. Su vida fue una constante lucha contra sí misma y las circunstancias que la rodeaban. Sufrió numerosas crisis emocionales y mediatizados internamientos en hospitales que hicieron que la Metro rompiera su contrato con ella.
Supo recuperarse y pudo seguir adelante como cantante. Pasó con pasmosa facilidad de la gran pantalla a los escenarios musicales y fue realmente bien acogida por el público pero esto tampoco fue suficiente.
Su quinto marido, el empresario Mickey Deans de 35 años con quien vivía en 1961 en Londres fue quien la hayó muerta en el cuarto de baño. Ella tenía por costumbre, después de sus extenuantes actuaciones, recluirse en el baño y cerrar la puerta por dentro. Es por eso que su marido tuvo que trepar por el tejado de la casa para poder asomarse a la ventana del baño desde el exterior. Ella estaba sentada con la cabeza entre las rodillas, tenía 47 años.
En su momento, los médicos diagnosticaron que Judy había muerto por “una imprudente sobredosis de pastillas para dormir”. Nadie pensó que se tratase de un suicidio. Lo que se especuló fue que ella habría tomado su dosis habitual de Seconal antes de acostarse, tras lo cual, se despertó en la noche y olvidándose por completo que ya había tomado sus pastillas, repetiría con la misma dosis.
A su funeral asistieron más de 20.000 personas, quienes permanecieron durante horas para poder despedir los restos de la Garland.
Sus restos descansan en el cementerio Ferncliff, situado en Hartsdale (Nueva York).
El American Film Institute la ha catalogado entre las 10 más grandes estrellas femeninas en la historia del cine.
Su hija, Liza Minnelli diría sobre su muerte: “No, no fue un suicidio. No fueron las pastillas para dormir ni una cirrosis. Creo que estaba cansada, como una flor que florece y da alegría y belleza al mundo, y luego se marchita”.
Lo interesante que son estos cotilleos aunque sean tan escabrosos. Muchas veces me pregunto por qué hay personas que cosechando tanto éxito acaban tan mal y tienen tantos problemas psicológicos. Les regalaría mi vida a ver qué tal les iba.
ResponderEliminarNo puedo comprender como una niña de tan sólo 12 años puede ser adicta a los estimulantes y a los tranquilizantes... luego es lógico decir aquello de "De esos barros vienen estos lodos". ¡Que lástima!
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué pena, son niños explotados que pierden su infancia y el derecho a soñar
ResponderEliminarAsí les va
Besos
Me encanta Judy Garland y el mago de oz, me ha parecido una entrada muy interesante en la que he conocido muchos detalles que desconocía, me apetece mucho leer esa entrada sobre los fallos de la película ¿la harás? Bss
ResponderEliminarLaura, hay que ponerse en situación, en época, en la piel de cada uno. Es triste pero es así.kisses
ResponderEliminarKayenna, ejemplo más cercano y de momento con final feliz lo tenemos en Drew Barrymore que ya era alcohólica con seis o siete años y drogadicta con once. kisses
Mientrasleo, algunos son felices con lo que hacen. Lo difícil en estos casos es averiguar quién será feliz a la larga y quién no.kisses
Carol, hablaré de los fallos de racord en una nueva sección sobre Técnicas de cine. kisses